Escoger una especialidad: Cómo manejar conflictos con colegas

Porque no todo es medicina: es política emocional

Nadie te preparó para esto en la facultad. Te enseñaron a intubar, a diagnosticar, a interpretar una gasometría.
Pero no te dieron ni una mísera clase sobre cómo lidiar con el residente que te ignora, el adjunto que te grita o el compañero que casualmente siempre desaparece cuando hay que hacer procedimientos.

Y, sin embargo, esas interacciones te afectan más que el potasio del paciente de la cama 3.

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Tipos de conflictos nivel experto

5. El colega que compite en todo

• Cada paciente es una oportunidad para mostrarte que él/ella lo haría mejor.
• Se atribuye procedimientos que no hizo.
• Te interrumpe para corregirte frente a los superiores.
• Siempre tiene un “dato extra” que nadie pidió.

💡 Qué hacer:

• No juegues su juego.
• Mantén la profesionalidad.
• Si te interrumpe, retoma la palabra con calma: “Gracias, lo que estaba explicando era…”
• Documenta tu trabajo, porque el crédito es volátil y la memoria institucional… aún más.

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6. El ausente presente

• Aparece solo para firmar.
• Siempre tiene “cosas que hacer” justo cuando hay que cargar pacientes.
• Tiene una habilidad ninja para escabullirse de las tareas más pesadas.
• Te dice que está “haciendo cosas administrativas” mientras toma mate en la sala de médicos.

💡 Qué hacer:

• Habla directamente con la persona: a veces ni se da cuenta.
• Si no hay cambio, comunica a quien esté a cargo.
• Aprende a poner límites para no terminar haciéndolo todo tú “por evitar el conflicto”.

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7. El agresivo pasivo

• Nunca te grita, pero te clava frases como “ah, ya lo hiciste a tu manera, qué bien…”
• Te lanza indirectas como si fueran dardos envenenados.
• Nunca dice lo que le molesta, pero te hace sentir que todo lo haces mal.
• Se especializa en sarcasmo con sonrisa incluida.

💡 Qué hacer:

• Responde directo: “¿Hay algo que te gustaría decirme más claramente?”
• Pregunta con calma, pero firmeza: “¿Te parece que hice algo mal? Prefiero que lo discutamos.”
• Documenta si escala, porque esta gente suele negar todo después.

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8. El jefe tóxico

• No enseña, solo manda.
• Grita, humilla, desprecia.
• Cree que el maltrato es una forma de formación.
• Justifica todo con “así me formaron a mí”.
• Es el jefe, y por eso nadie le dice nada.

💡 Qué hacer:

• Documenta. Siempre.
• Habla con otros colegas para saber si están igual.
• Usa los canales institucionales si existen.
• Si no puedes cambiar la situación, evalúa moverte de servicio. Tu salud mental no es negociable.

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¿Y cuando hay conflictos con personas que te caen bien?

Más difícil aún.
Porque no es un “enemigo” claro. Es alguien que te agrada, pero que falló. Te dejó solo en una guardia, te trató mal frente a otros, se atribuyó tu trabajo.
La traición profesional duele más cuando hay cariño personal.

💡 Qué hacer:

• Habla. No supongas, no acumules.
• Sé honesto: “Esto me hizo sentir mal, y prefería decírtelo directo.”
• Si vale la pena la relación, se resolverá. Si no, mejor saberlo a tiempo.

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Herramientas ninja para gestionar el conflicto hospitalario

• Haz pausas. A veces, alejarte 5 minutos evita una catástrofe verbal.
• No personalices todo. Recuerda que todos están bajo presión.
• Sé profesional aunque los demás no lo sean. Tú mantienes tu estándar, no el de ellos.
• Pide ayuda. No estás solo. Ni debes estarlo.
• Desarrolla inteligencia emocional. La habilidad menos valorada… y más necesaria.