Un enfoque moderno, centrado en la persona y orientado a resultados clínicos
La diabetes mellitus es una enfermedad crónica, progresiva y sistémica que exige una visión clínica integral. En la práctica diaria, limitar el abordaje al control de la glucosa resulta insuficiente y, en muchos casos, contraproducente. El manejo moderno de la diabetes se sustenta en una evaluación médica amplia, estructurada y continua, que permita identificar comorbilidades, estratificar riesgos, individualizar objetivos terapéuticos y prevenir complicaciones a corto, mediano y largo plazo.
Este enfoque no solo busca mejorar indicadores bioquímicos, sino optimizar la calidad de vida, reducir la carga de la enfermedad y disminuir la mortalidad cardiovascular y global.
1. Atención centrada en la persona: el pilar del manejo contemporáneo
El cuidado de la diabetes ha evolucionado hacia un modelo centrado en la persona, donde el paciente deja de ser un receptor pasivo de indicaciones para convertirse en un actor activo en la toma de decisiones clínicas.
Este modelo reconoce que el control de la diabetes está influido por múltiples factores:
- Creencias y valores personales
- Nivel educativo y alfabetización en salud
- Condiciones socioeconómicas
- Acceso a servicios de salud y medicamentos
- Apoyo familiar y social
- Salud mental, cognición y funcionalidad
El lenguaje clínico juega un rol fundamental. Se recomienda evitar términos culpabilizantes o estigmatizantes y utilizar una comunicación empática, neutral y basada en fortalezas, favoreciendo la adherencia y la confianza terapéutica.
2. Evaluación médica integral: mucho más que una historia clínica
La evaluación médica integral debe realizarse:
- Al momento del diagnóstico
- En controles periódicos (cada 3–6 meses según el caso)
- En una revisión anual estructurada
Componentes esenciales de la evaluación:
a) Historia clínica detallada
- Características del inicio de la diabetes
- Evolución, tratamientos previos y respuesta terapéutica
- Hospitalizaciones, hipoglucemias, descompensaciones
- Historia familiar de diabetes y enfermedades cardiovasculares
b) Evaluación de complicaciones
- Microvasculares: nefropatía, retinopatía, neuropatía
- Macrovasculares: enfermedad coronaria, cerebrovascular y arterial periférica
- Riesgo de hipoglucemia y carga terapéutica
c) Evaluación biopsicosocial
- Alimentación, actividad física y sueño
- Consumo de tabaco, alcohol y otras sustancias
- Salud mental: depresión, ansiedad, distrés por diabetes
- Estado cognitivo y funcional
- Determinantes sociales de la salud (seguridad alimentaria, transporte, vivienda, ingresos)
Este abordaje permite comprender al paciente más allá de la HbA1c, integrando factores clínicos y contextuales que condicionan los resultados terapéuticos.
3. Estratificación del riesgo y objetivos individualizados
La información obtenida en la evaluación integral debe traducirse en objetivos clínicos realistas e individualizados, considerando:
- Edad y expectativa de vida
- Presencia de enfermedad cardiovascular, renal o hepática
- Riesgo de hipoglucemia
- Fragilidad, sarcopenia y caídas
- Capacidad de autocuidado
Los objetivos glucémicos, de presión arterial y de lípidos no deben ser uniformes para todos los pacientes. En muchos casos, una estrategia menos intensiva es más segura y clínicamente beneficiosa, especialmente en adultos mayores o con comorbilidades múltiples.
4. Prevención mediante inmunizaciones: una intervención subestimada
Las personas con diabetes presentan mayor susceptibilidad a infecciones graves y peores desenlaces clínicos. Por ello, la prevención mediante vacunación es una intervención costo-efectiva y basada en evidencia.
Las inmunizaciones recomendadas incluyen:
- Influenza anual
- Hepatitis B
- Neumococo
- COVID-19 (esquema actualizado)
- Herpes zóster en adultos mayores
- Virus sincitial respiratorio en grupos seleccionados
La vacunación se asocia a menor riesgo de hospitalización, eventos cardiovasculares y mortalidad, y debe ser parte rutinaria de la consulta médica.
5. Comorbilidades frecuentes: una carga clínica silenciosa
a) Enfermedades autoinmunes
Especialmente relevantes en diabetes tipo 1, donde es necesario mantener una vigilancia activa de:
- Disfunción tiroidea
- Enfermedad celíaca
- Déficit de vitamina B12
La detección precoz permite prevenir complicaciones nutricionales, neurológicas y óseas.
6. Salud ósea y riesgo de fracturas: un problema subdiagnosticado
La diabetes se asocia a un mayor riesgo de fracturas, incluso en presencia de densidad mineral ósea normal o elevada. Este riesgo se explica por:
- Hiperglucemia crónica
- Hipoglucemias recurrentes
- Neuropatía periférica
- Sarcopenia y alteraciones de la marcha
- Uso de fármacos con impacto negativo en el hueso
Implicancias clínicas clave:
- Evaluar riesgo de fractura de forma sistemática
- Solicitar densitometría ósea en adultos mayores y en pacientes con factores de riesgo
- Evitar fármacos con mayor riesgo de fractura cuando sea posible
- Priorizar medicamentos con bajo riesgo de hipoglucemia
- Asegurar ingesta adecuada de calcio, vitamina D y proteína
- Considerar tratamiento farmacológico antiosteoporótico en pacientes de alto riesgo
La prevención de caídas y fracturas debe integrarse al plan terapéutico global.
7. Diabetes, cáncer y prevención secundaria
La diabetes se asocia a mayor incidencia de ciertos tipos de cáncer, en parte por factores compartidos como obesidad, sedentarismo e inflamación crónica.
La recomendación clínica es clara:
- Cumplir con los programas de tamizaje oncológico según edad y sexo
- Promover estilos de vida saludables
- No realizar tamizajes innecesarios sin criterios clínicos
8. Deterioro cognitivo y diabetes: una relación bidireccional
La diabetes incrementa el riesgo de deterioro cognitivo y demencia, y a su vez el deterioro cognitivo dificulta el autocuidado y el control metabólico.
Principios clínicos fundamentales:
- Evitar esquemas terapéuticos complejos
- Minimizar el riesgo de hipoglucemia
- Simplificar tratamientos cuando existe compromiso cognitivo
- Priorizar seguridad y funcionalidad sobre metas estrictas
En estos pacientes, la intensificación agresiva del tratamiento no mejora la cognición y puede aumentar el riesgo de eventos adversos.
9. Salud bucal y trabajo interdisciplinario
La enfermedad periodontal es más frecuente y severa en personas con diabetes. La evaluación odontológica periódica y la coordinación entre equipos médicos y odontológicos forman parte de una atención integral de calidad.
10. Implicancias prácticas para la consulta diaria
¿Qué debería cambiar en nuestra práctica?
- Pasar de una consulta centrada en cifras a una consulta centrada en la persona
- Incorporar evaluaciones estructuradas anuales
- Priorizar terapias con beneficio cardiovascular, renal y metabólico
- Identificar precozmente fragilidad, riesgo de caídas y deterioro cognitivo
- Integrar prevención, educación y apoyo psicosocial
Descubre más desde Medicina Cardiometabólica
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.