Anestesiología es la especialidad del control absoluto… y del anonimato absoluto. Si haces todo bien, nadie se acuerda de ti. Si haces algo mal, nadie se olvida de ti.
Eres el invisible esencial. El médico que no sale en las fotos del bebé recién nacido, pero que fue el primero en llegar y el último en irse.
Eres el que duerme a la gente para que otro pueda cortarla, el que mantiene el cuerpo funcionando como si nada estuviera pasando… mientras todo está pasando.
Si lo tuyo es el protagonismo: huye.
Si lo tuyo es el control, la precisión, el conocimiento profundo de la fisiología humana y el arte de no fallar, incluso en silencio… este puede ser tu lugar.
El Gran Malentendido: “Solo pones anestesia”
Claro.
Y los pilotos de avión “solo manejan el volante”.
La anestesia no es «una inyección antes de dormir».
Es una especialidad quirúrgica, intensiva, farmacológica y altamente estratégica que exige:
- Evaluar riesgos vitales antes de intervenir.
- Administrar fármacos potentes con márgenes estrechísimos.
- Monitorear en tiempo real la vida misma de un paciente mientras otro lo abre.
- Estar preparado para resolver una catástrofe en segundos sin gritar.
No es solo “ponerle algo para que no sienta”.
Es evitar que muera mientras duerme.
Y después, despertarlo como si nada hubiera pasado.
¿Por Qué Esta Especialidad Requiere Más de Lo Que Parece?
1. Porque trabajas al borde de lo fisiológicamente tolerable
- Controlas el estado de conciencia, la analgesia, la amnesia, la relajación muscular y la hemodinamia… al mismo tiempo.
- Puedes tener un paciente despierto en cirugía de cerebro. O dormido en un trasplante de hígado.
- Tomas decisiones basadas en milisegundos de datos, no en charlas largas.
2. Porque cada cirugía es un campo minado distinto
- No hay dos pacientes iguales. Un diabético obeso con EPOC no es igual que una embarazada con placenta previa.
- Cirugía menor no siempre significa anestesia menor.
- El trauma no avisa. Solo llega sangrando. Y tú decides qué droga va primero y cuánto tiempo tienes para intubarlo.
3. Porque nadie sabe realmente lo que haces… excepto cuando lo necesitan
- Vas a pasar la vida oyendo “el anestesiólogo solo duerme”.
- Pero en cada código rojo, todos te buscan.
- En cada paro, te dan las riendas.
- En cada vía imposible, te dicen “ponela tú”.
Y tú lo haces. Sin fanfarria. Sin pancartas. Pero con precisión quirúrgica.
Las Habilidades Que No Te Enseñan En La Facultad
- Leer un monitor con los ojos cerrados.
- Saber que alguien se va a descompensar antes de que se descompense.
- Intubar con una mano mientras la otra ajusta la infusión.
- Administrar diez fármacos diferentes y recordar cuál interfiere con cuál.
- No mostrar miedo aunque estés al borde del colapso interno.
- Controlar todo sin parecer controlador (aunque lo seas, y con razón).
- No explotar cuando otro médico te dice «¿Y tú qué haces mientras operamos?»
Subespecialidades Dentro de Anestesia (Porque dormir no basta)
- Anestesia Pediátrica: manejar pacientes de 3 kg donde cualquier error se paga en segundos.
- Anestesia Cardiotorácica: cirugía sobre corazones detenidos mientras tú haces que todo lo demás funcione.
- Neuroanestesia: cuando necesitas que el cerebro esté dormido, pero el resto esté perfecto.
- Cuidados Intensivos: porque muchos anestesiólogos migran a UCI. Los pacientes críticos son tu ambiente natural.
- Manejo del Dolor: medicina intervencionista para pacientes con dolor crónico, cáncer, o condiciones refractarias.
- Anestesia Obstétrica: bloquear sin colapsar. Saber que el feto también cuenta.
Cada una requiere precisión quirúrgica, aguante emocional y tolerancia al estrés silencioso.
El Estilo de Vida: ¿Realmente Mejor?
Depende.
- En muchos hospitales, la anestesia sí tiene mejor organización. Puedes tener jornadas planificadas, sin emergencias eternas.
- En otros, las urgencias te llaman a cualquier hora. Cesáreas, trauma, endoscopias, partos complicados.
- Consultorio externo de dolor puede darte vida personal y buen ingreso, pero no siempre está disponible al principio.
- En lo privado, puedes tener más libertad… pero también más presión, más casos, más riesgo legal.
La verdad incómoda: si tu sueño es dormir tranquilo mientras haces que otros duerman… no.
Eso no es anestesiología.
Anestesiología es dormir a otros mientras tú estás despierto, alerta, sudando bajo el ambo, con un dedo en el pulso del monitor y otro en el éter de lo que puede salir mal.
¿Quién Sobrevive (y Ama) Anestesia?
- Alguien con reflejos rápidos, pero sin necesidad de ser protagonista.
- Que entiende la medicina como una orquesta, no como un solo de guitarra.
- Que puede ser el cerebro detrás del telón mientras otros hacen el espectáculo.
- Que no se inmuta cuando la presión cae a 60/30, porque ya sabía que venía.
- Que encuentra belleza en el silencio hemodinámico y el gas exhalado.
- Que prefiere el control a la exposición.
- Que no necesita reconocimiento externo para saber que es esencial.
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