Escoger una especialidad: Anestesiología: Dormir a Otros, No a Ti


Bienvenido a la especialidad más subestimada por los pacientes, la más incomprendida por los estudiantes, y la más indispensable para todos los que alguna vez van a necesitar una cirugía.
Sí, anestesiología. Esa cosa mágica que te deja “dormido” para que te abran el cuerpo y luego te despiertes como si nada. Spoiler: no es magia, es ciencia, precisión y una pizca de paranoia saludable.


El Anestesiólogo es El Guardián del Equilibrio Fisiológico™

Mientras el cirujano busca el tumor, el anestesiólogo:

  • Ajusta la presión arterial segundo a segundo.
  • Modula el dolor en vías múltiples.
  • Controla la profundidad anestésica (ni tan dormido que te olvides de respirar, ni tan despierto que grites).
  • Administra oxígeno, anestésicos, relajantes musculares, líquidos, vasopresores y, si hace falta, tu alma al diablo para ganar 30 segundos más.

Y todo esto, sin perder el control.
Porque cuando el anestesiólogo pierde el control, ya no hay cirugía, ni paciente, ni plan B.


«Solo Dormís Gente» – La Mentira Más Común y Más Irritante

Anestesiar no es como apagar una lámpara.
No hay botón mágico. Hay una lista interminable de variables:

  • Peso, edad, antecedentes, enfermedades crónicas, función renal, hepática, pulmonar, alérgenos, interacciones medicamentosas, estado emocional, vía aérea difícil, historia obstétrica, tiempo quirúrgico estimado, y lo más importante: el factor imprevisible (también conocido como Murphy en bata).

Cosas que te dicen:

  • “¿Y qué haces mientras operamos?”
  • “¿Tú también eres médico?”
  • “¿Solo estás ahí por si pasa algo?”

Cosas que respondes (mentalmente):

  • “Sí, también soy médico. Y cuando pase algo, espero que tú no seas el paciente.”
  • “Estoy monitoreando en tiempo real más variables que un piloto de avión.”
  • “Si yo me equivoco, no hay cirugía. Hay funeral.”

El Trabajo Invisible del Quirófano

Cuando el paciente está dormido:

  • Tú respiras por él.
  • Tú le mantienes la presión.
  • Tú controlas que no sienta dolor ni recuerde nada.
  • Tú decides cuándo entra y cuándo sale.
  • Tú eres quien revierte el bloqueo neuromuscular antes de que se muera por no poder respirar.

Y tú eres el que después escucha:

“¡La cirugía fue un éxito! El cirujano es un genio.”
Gracias por nada, señora.


Tipos de Anestesia: Un Menú de Opciones Técnicas

  • General: el “modo avión” total. Pérdida de conciencia, control absoluto del cuerpo.
  • Raquídea: se duerme la mitad inferior. Ideal para cesáreas, pero espera a que el paciente diga que “siente las piernas” en medio del corte.
  • Epidural: efecto controlado, más suave y prolongado.
  • Sedación: paciente consciente, pero no lo recuerda. Básicamente, el Tinder de la anestesia.
  • Bloqueo regional: dormir solo el brazo, la pierna, el nervio, la zona exacta. Precisión quirúrgica sin bisturí.
  • Anestesia combinada: cuando la cirugía dice “quiero todo”.

Cada una requiere conocimiento técnico, interpretación en vivo de signos vitales, y la capacidad de predecir lo impredecible.


El Costo Emocional de Parecer Inútil

Pocas especialidades tienen tanta carga emocional sin crédito visible.

  • El paciente solo te ve dos minutos antes de dormir y cinco minutos después de despertarse.
  • Si todo va bien, creen que no hiciste nada.
  • Si algo va mal, la culpa es tuya aunque el cirujano haya tardado 8 horas y perforado media aorta.

Y tú sigues, día tras día, con tu bata arrugada, tu monitor encendido y tu expresión neutral de “todo bajo control”, aunque por dentro estés debatiéndote entre una arritmia ventricular y el deseo de huir del país.


Más Allá del Quirófano: El Reino Expandido del Anestesiólogo

  • Unidades de cuidados intensivos: muchos anestesiólogos terminan manejando UCI porque nadie entiende la fisiología mejor.
  • Clínicas del dolor: bloqueos nerviosos, radiofrecuencia, bombas implantables. Es cirugía sin bisturí y alivio real.
  • Manejo de vía aérea en emergencias: nadie intuba como un anestesiólogo. Nadie se estresa como uno cuando no entra el tubo.
  • Medicina perioperatoria: valoración preanestésica, optimización de pacientes quirúrgicos.
  • Simulación médica y docencia: porque alguien tiene que enseñarle a los demás cómo no matarse en un quirófano.
  • Rescate intraquirúrgico: porque cuando todo sale mal, te llaman a ti. No al cirujano estrella.

¿Vida Personal? Existe, Pero…

Sí, puedes tenerla.

  • Hay anestesiólogos que organizan sus horarios, eligen solo cirugía electiva, y tienen domingos libres (aunque nadie los crea).
  • Pero también los hay que viven de guardia en guardia, haciendo cesáreas a las 4 a.m. y endoscopías a las 7.
  • Lo que sí es universal: cuando sales del quirófano, tu cerebro sigue corriendo el checklist de reanimación durante tres horas más.

Porque aunque salgas, la adrenalina no.


¿Quién Sobrevive a Esto?

  • El obsesivo funcional.
  • El que ama las alarmas más que la conversación humana.
  • El que prefiere resultados medibles a aplausos vacíos.
  • El que duerme con una copia mental de la escala de Mallampati y sueña con flujómetros.
  • El que no necesita ser visto, solo necesita que el paciente despierte vivo.
  • El que entiende que salvar una vida sin que nadie lo note… también es un arte.


Descubre más desde Medicina Cardiometabólica

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Un comentario sobre “Escoger una especialidad: Anestesiología: Dormir a Otros, No a Ti

Deja un comentario